Antes del nombre

Reflexiones sobre el tiempo que precede a todo comienzo.


Lo que sucede antes del nombre

Las cosas importantes se tejen antes de tener nombre. Antes de la idea concreta, de tener forma, de poder contarse. Nacen como una intuición, como algo que empieza a pedir ser hecho.

Como en la vida misma, en los procesos creativos hay un tiempo que no se ve. Un tiempo de gestación silenciosa, donde las ideas están dispersas y difusas, pero buscando su forma. En ese espacio previo, es donde se crean cosas auténticas. 

Lo que se teje sin darnos cuenta

Cabori nació ahí: en un detalle para los invitados de una boda, en la unión de tres pensamientos y un mismo propósito. No como una marca pensada previamente, sino como unos valores compartidos: el deseo de crear algo con un sentido.

Esa es la esencia de lo hecho con autenticidad y propósito. Esos proyectos, esas historias, esas piezas que tienen un origen que rara vez responde a un plan premeditado.
Empiezan con un sentimiento, con una conversación…y empieza a tejerse algo…

Los comienzos invisibles

Y es que en los tiempos en que vivimos, que se premia lo inmediato, solemos pasar por alto ese tiempo previo, el de la duda y la espera.

Esa etapa silenciosa, en la que las ideas necesitan reposar, entender que están ahí. Porque muchas veces lo que se fuerza, se quiebra. 



La revelación

Cuando miramos atrás, comprendemos que lo que hoy es Cabori ya estaba allí desde el principio: el valor de lo auténtico, las ganas de crear con intención, de conectar con lo esencial.

Solo hacía falta reconocerlo. Dar nombre a algo no lo crea, lo revela.

Crear con propósito

Crear, al final, es un acto de confianza. Confiar en que cada punto, cada idea, cada pieza encontrará su lugar.

Esa es nuestra forma de entender el diseño: no como resultado, sino como proceso.
Como algo que se siente antes de tener nombre.

“A veces, lo más difícil no es crear algo nuevo, sino darle nombre a lo que ya estaba creciendo”.

Ver otras publicaciones